Triple crimen de Ibarlucea: la principal hipótesis es que está vinculado con el tráfico de estupefacientes

Así lo afirmó el fiscal Ávila. Los atacantes usaron armas calibre 9 milímetros, probablemente modificadas para tirar ráfagas. Además, un joven dijo haber incendiado el auto ‘por miedo’. Se presume que alguien les avisó a los homicidas que las víctimas se retiraban en un Audi TT.

El triple homicidio que conmocionó al gran Rosario y a todo el país por el grado de violencia, la saña y el poder de fuego, sigue generando hipótesis, mientras la fiscalía avanza a paso tranquilo en la investigación. ¿Qué se sabe hasta el momento? Que la fiesta duró desde las 21 a las 4AM; que las víctimas llegaron y se fueron en un auto que no utilizaban en forma habitual, por lo que se sospecha que alguien desde el interior de la fiesta dio aviso a los homicidas y que los sicarios que perpetraron el ataque usaron armas 9 milímetros, que podrían haber estado modificadas para tirar ráfagas.
 

También que la lista de invitados tenía muchas personas que cuentan con investigaciones abiertas en el fuero federal y/o que están relacionadas con bandas criminales y que la principal hipótesis es que el ataque está relacionado con el tráfico de estupefacientes, ya que la pareja asesinada proveía droga a grupos.


Y que la mujer que fue hallada dentro del auto no había sido secuestrada sino que uno de los invitados que ayudó a sacar el rodado de la zanja, se asustó y lo incendió.


Como si fuera el guión de un thriller (film de suspenso o misterio que provoca una fuerte tensión emocional en el espectador), este lunes 31, el fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos, Gastón Ávila dio algunos detalles de la investigación iniciada en la mañana del sábado 29 de enero, tras los asesinatos de Iván Maximiliano Giménez, de 33 años, Érica Vanesa Romero, de 33, y la hija de ambos, Elena, de 1 año.

La fiscalía tiene en su poder el video de la fiesta, que duró desde las 21 del viernes hasta las 4 AM del sábado 29 de enero, en el salón de fiestas Campos de Ibarlucea ubicado sobre avenida 25 de Mayo al 5300 también conocida como ruta provincial 34S, que une Granadero Baigorria con Ibarlucea.


En base a testimonios recogidos en las últimas 48 horas, la secuencia de sucesos en los cuales están involucradas las víctimas (y que bien podría ser el comienzo del film) comenzó con la familia compuesta por Giménez, Romero y su hija saliendo del casamiento en un Audi TT blanco, a las 4, y doblar hacia el este por la ruta 34S, rumbo a la autopista Rosario–Santa Fe, para regresar a Rosario.


Pero a los pocos metros fueron emboscados por una camioneta, por lo que el Audi dio la vuelta en U y volvió hasta el salón “buscando protegerse y refugiarse”. Pero al intentar ingresar al predio donde está el salón, el conductor hizo una mala maniobra y quedó encajado en la banquina /zanja.


“En ese momento, desde la camioneta que los perseguían efectúan muchas detonaciones contra el vehículo, más de 20 y se dan a la fuga”, relató el fiscal.


Se usaron armas calibre 9 milímetros. En el lugar se recolectaron 11 vainas servidas, mientras que en el cuerpo de Giménez fueron encontrados 13 plomos y en el de la niña, otros 4. Se investiga además si las armas utilizadas eran pistolas modificadas para que puedan lanzar ráfagas con solo sostener el gatillo (lo que se conoce en la jerga policial como chispeadas).


Tras el ataque, varios de los asistentes al casamiento tratan de auxiliar al matrimonio y a la bebé, pero el auto estaba en marcha y con las puertas cerradas, por lo que rompen una ventanilla, abren la puerta, sacan a Giménez ya malherido o muerto y a la bebé, mientras que a la mujer la dejan porque no logran sacarla del asiento.


Como si fueran imágenes a contrarreloj, alguien cargó a padre e hija en una camioneta y salió rumbo al hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, donde llegaron sin vida. Mientras que optan por intentar llevar a la mujer en el Audi.

Las ruedas del auto, como estaba encajado, giraban en falso, por lo que varios de los invitados empezaron a empujarlo desde atrás y un joven se sentó en el asiento del conductor para acelerar mientras los otros lo empujaban.


Logran sacar el auto de la banquina/zanja y, siempre en base a las declaraciones dadas por testigos, varios le gritan al joven: «Llevala al Eva Perón, llevala al Eva Perón» (por el hospital de Granadero Baigorria), pese a que la mujer ya estaba muerta. “Este chico, desorientado, agarra para el lado contrario (para Ibarlucea), se asusta, entiendo que encontrándose en la posición de estar manejando un vehículo de alta gama, baleado por todos lados, con un cadáver al lado suyo, y habiendo ido para el lado equivocado, se asustó”, dijo el fiscal.

El muchacho, que tenía un grado de parentesco con una de las personas que se casaban, se bajó del auto, se agarró la cabeza y a los gritos, habría dicho: «Ahora que hago, donde te llevo, no se qué hacer», por lo que decide prender fuego el auto, “asustado ante la posibilidad de ser incriminado en el homicidio, por haberse subido al auto y haberlo llevado para el otro lado”, relató el fiscal Ávila.


El joven se presentó en forma voluntaria en sede judicial para relatar lo sucedido y agregar, entre otras cosas, que “se llevó el auto y que lo hizo para ayudar, que estaba ebrio, que se equivocó cuando salió y que se asustó, que en el camino que estaba con el vehículo le pareció ver un móvil policial, temía que lo persiguieran y que por eso decidió hacer eso (quemarlo). Estaba acongojado, vino a la Fiscalía y llorando comentó esta situación”, dijo Ávila.
 

El muchacho, cuyos datos no fueron aportados, no está imputado por el momento ya que el fiscal no puede valorar en su contra su propia declaración, por lo que está reuniendo otros testimonios, pero por el momento el fiscal no ve “que haya una intención de él de encubrir a los verdaderos homicidas ni una participación”.
 El móvil del crimen

Tanto Giménez como Romero estaban investigados por la Justicia Federal por tráfico de estupefacientes, y había muchas medidas de investigación vigentes. Según Ávila, ambos se encargaban de distribuir y/o proveer de droga a quienes luego se encargaban de repartirlo a grupos en distintas zonas, en especial de Rosario.
 

Además, el fiscal indicó que “se investigaba la participación de la pareja con cargamentos de droga que fueron incautados anteriormente y que eso podría haber arrastrado problemas”.
 

“La principal hipótesis de la Fiscalía es que el triple crimen está vinculado con el tráfico de estupefacientes”, apuntó.
 

Fuente: El Litoral

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