Violencia narco en Rosario, sicarios asesinan testigo arrepentido


Mataron a Carlos Argüelles, un testigo protegido en la causa contra Alvarado, tras un ataque a plena luz del dia y en plena calle.

El ataque se produjo este lunes por la tarde frente a su mujer e hijos en Garay al 3500, en la puerta del taller mecánico que tenía. Había recibido dos tiros en la cabeza y llegó en grave estado al Heca, donde falleció a las 18.50. En enero de esta año había sido atacado a balazos.

Tres personas, dos hombres y una mujer, asesinaron este lunes por la tarde a Carlos Héctor Argüelles, quien fuera mano derecha de Esteban Alvarado y era testigo protegido en la causa por asociación ilícita contra su ex jefe.

El ataque se produjo este lunes por la tarde en el taller que Argüelles tenía en la zona de Garay al 3500 donde fue atacado a balazos frente a su esposa e hijos.

Argüelles recibió dos disparos en la cabeza y uno en el glúteo derecho, llegó en grave estado al Hospital de Emergencias “Clemente Alvarez” (HECA) donde falleció a las 18.50.

El ataque, de acuerdo a testigos, fue perpetrado por dos hombres y una mujer, que se movilizaban en un VW Fox, color rojo, desde donde efectuaron múltiples disparos.

Las primeras informaciones y fuentes consultadas por este diario -tanto de la policía como del MPA- confirmaron que había sido asesinado, pero después la policía corrigió la información y dieron cuenta que estaba internado en el HECA en estado muy grave. Unos minutos después de esa corrección, a las 18.50, la víctima falleció.

Argüelles ya había sido víctima de un ataque a tiros baleado la tarde del jueves 28 de enero pasado cuando circulaba en una Ford Ecosport junto con su esposa y dos de sus hijos por Gaboto al 5500, en el barrio Triángulo. Argüelles relató a la policía que un auto color gris y una moto que aparentemente oficiaba como apoyo de los atacantes, se les puso a la par y les dispararon varias veces.

Cuando tomé la decisión de declarar, en el futuro juicio a Alvarado, sabía a lo que me arriesgaba; pero creo que es un acto justo declarar y que Dios me protege. Estuve muchos años con Alvarado y no hay detrás de mí ninguna historia oscura, soy un hombre que cometió errores y estoy dispuesto a afrontarlos y a disposición total de la Justicia. Temo por mi vida, pero esta vez atentaron contra mi familia, eso ha creado un malestar en mucha gente. Sé que desde el Ministerio Público van a tomar otras medidas para cuidarme. Lo importante es que pueda estar tranquilo y con mi familia en paz. No hay muchos hombres que tomen mi decisión y lo hago por que en un momento me dije que la pesada mochila de haber sido testigo de algunas cosas la quiero dejar acá, en la tierra, y en los lugares donde se debe dejar

Fuente: La Capital

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