El 29 de enero el escenario fue un camino rural de Ybarlucea. El 23 de abril una calle de barrio Larrea y el viernes último donde un nene de 6 años murió junto a sus padres, todos los hechos tuvieron un trasfondo narco.
El triple homicidio del que fueron víctimas la noche del viernes Rodrigo Morera; su pareja, Aymará Altamirano; y la hija de ambos, Auriazul Morera, es el tercer hecho de características casi calcadas que tiene por escenario las calles del departamento Rosario en tan solo 98 días. Aunque en este caso aún se investiga el trasfondo que motivó a los sicarios a terminar con la vida de una familia, los otros dos casos tuvieron un claro tinte narco y mafioso.
La madrugada del 29 de enero pasado, en un salón de fiesta de Ybarlucea se celebró el casamiento de Esteban Enrique “Pinky” Rocha y Brisa Milagros Leguizamón Ferreyra, quienes estaban procesados por integrar la banda narco de Olga “La Tata” Medina. Poco después de las 4 de la mañana, y cuando la fiesta estaba llegando a su fin, una familia salió del predio a bordo de un Audi TT y a pocos metros del salón, sobre la ruta provincial 34S, fueron emboscados por los ocupantes de una camioneta que no tuvieron piedad y acribillaron a los ocupantes del vehículo.
Iván Maximiliano Giménez, de 35 años, recibió una decena de balazos calibre 9 milímetros; su hija Elena, de 1 año y medio, fue alcanzada por media docena de proyectiles. Ambos fueron sacados del auto y abandonados en el camino. Desde allí los trasladaron al Policlínico Eva Perón de Granadero Baigorria donde llegaron sin vida. En tanto, Erica Vanesa Romero, de 37 años, mamá de la nena y pareja de Giménez, desaparecieron del lugar. Nada se supo de ella hasta que a las 5 de la mañana en un camino rural a unas 35 cuadras de salón de fiestas apareció calcinada dentro del Audi TT de su familia.
Por ese demencial ataque hay tres personas detenidas: Oscar Alberto Godoy, Ignacio Quiroga y Fabián Gustavo Pelozo, organizador en la zona de una banda internacional de tráfico de drogas y quien distribuía los estupefacientes a los distintos vendedores de Rosario, uno de los cuales era Giménez, una de las víctimas del triple crimen.
El otro trágico hecho que tiño de sangre a una familia también tuvo un trasfondo narco y ocurrió el pasado 23 de abril frente a una casa de Colombia al 1300 bis. Allí estaban a bordo de un Audi A4 Marcos Caminos, de 28 años; su pareja, Micaela Bravo, de 26; y los hijos de ambos, Ciro de un año y Bautista, de 6. Entonces apareció una camioneta que estacionó a un costado del auto y de la cual bajaron cuatro hombre fuertemente armados que sin mirar siquiera quienes estaban en el rodado descargaron una lluvia de plomo.
Como consecuencia de la balacera infernal que sobresaltó al barrio Larrea, Caminos y su pequeño hijo Ciro murieron en el acto. La joven Bravo falleció en el Hospital de Emergencias el pasado 3 de mayo tras agonizar diez días y el pequeño Bautista salió ileso y pudo refugiarse en la casa de Colombia 1320 bis donde vive su abuela.
Esa misma casa, por la investigación del hecho, fue allanada por una orden de la fiscal Georgina Pairola. Y para sorpresa de los pesquisas, en el interior de la misma se hallaron unos 6 kilos y medio de marihuana, 67 gramos de cocaína fraccionada para la venta, dos armas de fuego, municiones y dinero en efectivo, lo que dio a los investigadores el móvil que había detrás de un triple crimen que aún no tiene culpables.
Fuente: La Capital
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