Un albanés de 30 años, condenado por narco, tenía domiciliaria en un pueblito paradísiaco cerca de Roma. Anoche apareció en la seccional de carabinieri: “Mi casa es un infierno, ya no quiero la prisión domiciliaria”. Una escena para el cine italiano.
escena hecha por Mastroianni o el mismísmo Ugo Tognazzi hubiera sido de culto… Y un Albertone Sordi como el augusto jefe policial al que le llevan el pedido del condenado, y sale de su oficina con gesto serio, invita a sonreír de solo imaginarlo… La escena viene a cuenta de la situación vivida en una comisaria de un pueblo italiano, donde un albanés condenado por delitos de narcotráfico y que había recibido hace un tiempo la dispensa judicial de prisión domiciliaria, fue a rogarles a los carabinieri que lo devolvieran a prisión, por una razón digna de aquellos colosos de la sátira italiana:“Ya no aguanto a mi familia, mi casa es un infierno, por favor mandenmé de nuevo a la cárcel, prefiero estar en la prisión…”.
La escena mereció comentarios de todo tipo, y la mordacidad italiana tituló: “Meglio in carcere che ai domiciliari con la moglie. 30enne albanese evade da casa preferendo la galera” (Mejor en la cárcel que bajo arresto domiciliario con su esposa. Albanés de 30 años se escapa de su casa y prefiere ir a la cárcel) y aunque el nombre no trascendió, cuentan que fue este sábado cerca de la medianoche en Guidonia Monteceliola, un municipio cerca de Roma, de postal paradísica en la ladera de una montaña, donde las casas parecen apiladas y hay callecitas empedradas dignas de ensueño.
Allí en la seccional del lugar de carabinieri, apareció entonces el joven narco albanés y contó su drama: “Mi casa es un infierno, no aguantó más la prisión domiciliaria, ya no soporto a mi familia, no quiero más la prisión domiciliaria que me dieron…”. Y la última frase no dejó dudas sobre esa volcánica entrecasa albanesa: “Estaré mejor en la cárcel”.
Azorados, la primera reacción de los uniformados fue la de devolver el albanés a su casa, porque no tenían potestad para una decisión de obvio tono judicial. Pero a alguien se le ocurrió “salvarlo”: cómo había violado su prisión domiciliaria yendo hasta la comisaria, y eso era un delito, “procedían a detenerlo y enviarlo a la cárcel”.
“El individuo ya no puede hacer frente a la convivencia forzosa junto a su esposa y su familia”, dijo el breve comunicado de los “carabinieri” de Tívoli, la ciudad vecina que controla a la seccional de Guidonia Montecelio. Y citado por AFP, el capitán Francesco Giacomo Ferrante, se limitó a contar que el albanés “estuvo varios meses con prisión domiciliaria por delitos vinculados con la droga y le queda condena durante varios años más”.
“Vivía en sus casa junto a su esposa y familia, pero las cosas no iban bien”, añadió el capitán Ferrante, deslizando que el albanés le rogó que lo mandaran a la prisión: “Escuche, mi vida familiar se ha convertido en un infierno, ya no puedo más, quiero ir a la prisión…”.
Fuente: Perfil
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