Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, diciembre cerró con una inflación del 25,5% y todo parece indicar que enero tendrá un índice muy parecido.
Los aumentos impactaron en todos los rubros y uno de los que tiene más exposición y que marca en cierta forma los niveles de consumo es el gastronómico. El consumo en ese rubro cayó entre un 20 y 25% durante diciembre y la sensación es que esa tendencia continúa en lo que va de enero.
Carlos Mellano, vicepresidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Rosario (AEHGAR), advirtió que “también se pierde rentabilidad” al no poder trasladar íntegramente el aumento de costos al precio final, es decir a los clientes, y aclaró que un ticket promedio de cena “ya está en torno de los 9 mil pesos por persona”.
El empresario señaló que la inflación que soportó el sector de los gastronómico “superó el 30% y en algunos casos llegó hasta el 40% en todo lo que es la materia prima que se compra como panificación, carnes, fiambres, café. Tuvimos un cimbronazo importante”.
En declaraciones el representante de los gastronómicos dijo: “Está claro que el gobierno nacional tomó medidas que fueron en detrimento del consumo. Y nosotros somos una representación real de lo que es el consumo cuando a la gente le sobra dinero. Y todavía faltan los aumentos de las tarifas de servicios. Estamos en una situación muy compleja”.
“La estrategia del gobierno es que le cierren los números. Yo no sé si le cerrarán los números a los comercios y a la gente en general producto de la baja en el consumo. En gastronomía en diciembre tuvimos un baja de entre 20 y 25 puntos. Y en enero va en ese sentido. No solo está la baja del consumo. Está la baja de la rentabilidad producto de no poder trasladar esos aumentos a los precios al comensal”, destacó Melliano.
El vicepresidente de AEGAR sostuvo “muchos gastronómicos han absorbidos los costos para no trasladar al cliente. Pero eso fue en detrimento de la rentabilidad del negocio para aguantar y establecer una baja del consumo hasta que el precio se estabiliza. La inflación para nuestra actividad es letal. Nosotros vamos siempre atrás de los aumentos cuando reponemos. Esta es una actividad muy diversa y puede haber muchos dueños que puedan tener buen almacenamiento, pero no todos lo pueden hacer”.
A modo de ejemplo, Mellano dijo que “no se está lejos” de que una pizza cueste más de diez mil pesos. “Una lata de palmitos vale 12 mil pesos. Cuando establecemos nuestros costos hay que tener en cuenta que tenemos más de un 60 por ciento de impuestos. A los restobares, el ticket promedio les bajó un 25 por ciento. Hoy el ticket promedio para cenar debería estar entre 8 y 9 mil pesos por personas, dependiendo del vino o de otras cuestiones del local”.
Fuente: La Capital
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