Se conoció que en el puerto de Zárate se encuentran amarrados dos barcos cargados con cosechadoras usadas, que están a la espera de una inspección sanitaria de Senasa, para que puedan tocar tierra y empezar a cosechar.
No trascendió el importador ni el tipo de cosechadoras que trajeron, ni tampoco el país de origen, y esa es justamente la cuestión que tiene demoradas las tareas sanitarias para hacer una correcta limpieza, a fin de evitar plagas, malezas y otros elementos que pueden llegar a ser contaminantes para la producción agrícola argentina.
Con esta resolución, el Gobierno Nacional busca desregular la importación de equipos siguiendo el objetivo de reducir los precios de los fierros, y obligar a la baja también los valores de los repuestos.
“Esto es una aberración. Como fabricante de maquinaria agrícola, como fabricante de alfileres, de ropa, de lo que sea, ya competir en este país cuesta mucho, porque no es lo mismo producir en otro país, traer y vender acá, que producir en este país. Eso la gente lo tiene que entender, no es que acá las cosas salen más caras porque todos son ladrones. Acá las cosas son más caras porque un porcentaje muy alto del precio de lo que pagan, desde la leche hasta el de smoking, tiene un 45 o 50% de impuestos”, expresso Nestor Cestari referente del sector fabril local.
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