La incautación hace dos semanas de 200 kilos de cocaína de máxima pureza en el puerto australiano de Melbourne volvió a colocar bajo la lupa de la opinión pública internacional a Argentina y, más específicamente, a la provincia de Santa Fe.
Esta semana, a partir de un advertencia emitida por la Aduana, se detectó que el buque carguero Chemstar Sapphire, que navegaba con bandera de las Islas Marshall (ubicado en la Micronesia), llegó infectado con cocaína al puerto australiano.
El buque partió desde San Lorenzo y luego pasó por cuatro puertos más: Campana, Quequén (Necochea), Montevideo (Uruguay) y Santos (Brasil), donde permaneció 12 días. La droga fue detectada por un vehículo submarino no tripulado y el cargamento estaba adherido al casco del barco. Tanto Aduana como la Procunar abrieron una investigación.
En los últimos dos años, tres de los buques contaminados con cocaína que fueron detectados en Australia salieron de puertos santafesinos. El penúltimo de la saga fue en junio pasado, cuando en el puerto australiano de Kwinana, al sudoeste de Perth, detectaron una carga similar en el buque cerealero ST Pinot, también con bandera de las Islas Marshall, que había zarpado el 27 de mayo de una terminal portuaria privada de Timbúes.
Si bien la hipótesis de que el buque haya sido infectado en aguas argentinas paga muy poco, el paso de barcos que luego son detectados en el extranjero deja muy mal parados a los puertos nacionales y abona la sospecha de la intervención de grandes jugadores del narcotráfico transnacional en terminales portuarias de la región. sean públicas o privadas. Una sospecha que puede ser un grave problema al pensarlo desde la exportación de granos de la Argentina.
En junio pasado, 815 kilos de cocaína de máxima pureza fueron hallados a bordo del buque cerealero ST Pinot, con bandera de las Islas Marshall, cuando arribó al puerto australiano de Kwinana, al sudoeste de Perth. El buque había zarpado el 27 de mayo de una terminal portuaria privada de Timbúes, un cargamento que, puesto en las calles de aquel país oceánico, ronda los 320 millones de dólares australianos (212 millones de dólares o 197 millones de euros). La cocaína estaba ubicada en un tanque de lastre al que se llega a través de una pequeña escotilla.
El compartimento estaba cubierto de agua y tuvieron que actuar buzos de la Marina Real Australiana para sacar la carga ilegal. La droga fue detectada a partir de informes de inteligencia que alertaban sobre el arribo de estupefacientes en buques de carga a granel a los puertos del estado de Australia Occidental. Y advertían que de uno de esos buques iban a lanzar la droga al mar para que la misma fuera pescada por bandas delictivas.
Fuente: La Capital
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