La doctora en Educación, Carina Cabo, analizó las problemáticas que atraviesa el aprendizaje en la actualidad, sobre todo en Rosario atravesada por la narcocriminalidad y las opciones qué esta brinda.
Habló también de la necesidad de mayor capacitación docente ante contenidos en constante cambio y sobre el conflicto gremio-gobierno que restó muchos días de clases
Es un desafío hablar o al menos poner en la agenda pública el tema educativo cuando no hay paros docentes. De esa encerrona propone salir la especialista y ex secretaria de Cultura municipal, Carina Cabo, quien presentó su último libro Escuelas Ondulantes: enseñar y aprender para aprender a enseñar acerca de la escuela pospandemia y los desafíos que se presentan en ese sentido. La doctora en Educación sostiene que “día de clase que se pierde, no se recupera” –una advertencia que cobra sentido después de tantos días de paro en las escuelas públicas santafesinas– y que hay que buscar “otras estrategias” para desarrollar contenidos que no se den en el aula y lograr que la experiencia educativa incluye un disfrute, sobre todo en una Rosario atravesada por la narcocriminalidad donde la escuela no resulta tan seductora como la calle. Cabo propone cambios profundos “porque hoy la escuela no prepara como antes” y fundamentalmente más decisión política de los estamentos estatales para avanzar en una educación que provoque un verdadero cambio social.
Cabo fue la primera secretaria de Cultura del intendente Pablo Javkin y a fines del año pasado se fue en silencio de la gestión. Dijo no haber podido alcanzar los objetivos que se propuso y que se fue con frustración ya que la cultura no estaba entre las prioridades.
Tenemos que lograr que la escuela sea significativa, hoy los chicos se quieren quedar en la esquina y no entrar a la escuela. Necesitamos que hoy la escuela no solo les sirva para encontrar un trabajo o para ingresar a la universidad, sino también para la vida cotidiana o para que puedan cambiarla.
Es fundamental incorporarlos como así también otras estrategias. La tecnología está en nuestra vida cotidiana, el 97 por ciento de los chicos de Rosario tiene teléfonos inteligentes aunque después no tengamos conexión. En definitiva, los adolescentes y adultos pasamos mucho tiempo con el teléfono en la mano por eso hay que utilizar el teléfono pedagógicamente. Para ello hay que capacitarnos para usar la tecnología con un fin pedagógico y no por si solo, que sirva para enseñar y aprender. También defiendo el uso de las redes sociales, a veces, para enseñar algo en especial.
Muchos docentes nos formamos hace décadas y generalmente nos seguimos formando en disciplinas y somos muy eficientes en la nuestra. Entonces nos cuesta mirarnos trabajando con los otros. Hay que empezar a trabajar en la interdisciplina, o en la transdisciplina que es la formación de un nuevo saber. Que un docente de Matemática trabaje con el de Educación Física, o el de Lengua con el de Música o el de Plástica. Hay que romper con el narcisismo docente y con esa formación tan disciplinar. Para eso hay que capacitarnos.
Día de clase que se pierde no se recupera, excepto que pongan días adicionales de clases. Frente a esta situación el docente tendrá que elegir contenidos mínimos para enseñar.
Estamos en una encerrona porque dejamos de dar clase para que el Estado reaccione y claramente el gobierno reacciona cuando se deja de dar clases o cuando los docentes están en los medios o en la calle porque a los gobiernos les molesta que los docentes estén en esos lugares. Hay que salir de esa encerrona, soy partidaria de buscar otras alternativas. Solamente el gobierno de turno reacciona cuando se cierran las puertas de las escuelas.
Parece que hubiese un juego entre los sindicatos y el gobierno, por eso hay resolverlo de alguna manera para que no terminemos perjudicando a los chicos y también a los docentes porque después tenemos que resolver todo en una semana.
Fuente: Rosario3
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