El descubrimiento fue realizado por un equipo de investigadores del Conicet y el paleontólogo Fernando Novas. Los restos fósiles de la especie demostraron que era “una criatura de gran tamaño”, que medía entre nueve y diez metros de largo y pesaba alrededor de seis toneladas.
Fósiles del Maip Macrothorax, el dinosaurio megarraptórodo más grande encontrado hasta el momento, fueron descubiertos en la provincia de Santa Cruz por un equipo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Ténicas (Conicet), y el paleontólogo Fernando Novas catalogó este miércoles el hallazgo como un hecho “sorprendente” y que permite “abrir más interrogantes”.
“Lo más sorprendente es que el hallazgo permite conocer más sobre la evolución de los dinosaurios carnívoros en la Patagonia y sobre sus tendencias evolutivas, lo que nos invita a seguir trabajando”, dijo Novas a Télam, quien se desempeña como jefe del Laboratorio de Anatomía Comparada del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia -ubicado en el porteño Parque Centenario- e integrante del equipo que colectó los huesos del Maip.
El hallazgo de esta especie, publicado recientemente en la revista Scientific Reports, fue presentado este miércoles durante una conferencia de la que también participó la presidenta del Conicet, Ana Franchi, junto al director del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, Pablo Luis Tubaro, y colegas investigadores.
Los restos fósiles del megarraptor demostraron que era “una criatura de gran tamaño”, que medía entre nueve y diez metros de largo y pesaba alrededor de seis toneladas, lo mismo que un elefante macho adulto.
Para soportar tanto peso, su columna vertebral estaba compuesta por enormes vértebras interconectadas por un complejo sistema de músculos, tendones y ligamentos, que le permitía mantenerse erguido sobre sus patas traseras mientras caminaba o corría.
“Era una criatura de gran tamaño, con patas parecidas a un ñandú, que podía correr a sus presas. Tenía una dentadura impecable, con bordes acerrados. Manos con garras de hasta 40 centímetros de largo, lo que demuestra que el animal era un depredador y semejantes garras las tenía para despedazar a sus presas”, detalló Novas.
A su vez, Maip debe su nombre a, por un lado, una palabra tehuelche que significa “entidad maligna”, que suele “atacar por la noche y dejar muerte a su pasar, lo que se cree que hacía este espécimen en el Cretácico”, dijo Mauro Aranciaga Rolando, primer autor del artículo y becario Conicet.
Por otro, Macrothorax hace referencia a su “enorme pecho”, que medía 1,2 y 1,5 metros de alto.
“Los huesos de Maip nos ayudaron a entender mejor la anatomía de los megarraptores. Pertenecen a una familia cuyo esqueleto no era como el de un tiranosaurio, grande pero pesado, sino que eran animales ligeros. Es decir que sus huesos no eran macizos sino que presentaban una gran cantidad de huecos internos que los hacían mucho más livianos, algo así como un ladrillo hueco comparado con uno macizo”, explicó Aranciaga.
El animal, que vivió hace aproximadamente 70 millones de años -durante el período denominado Cretácito- fue descubierto en la estancia La Anita, a 30 kilómetros de El Calafate, en la provincia de Santa Cruz, ecosistema que -en aquel entonces- era muy diferente.
Fuente: Telam
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