A partir de esta decisión, cada estado de la unión podrá restringir o eliminar la posibilidad de las mujeres de interrumpir un embarazo, varios de esos estados ya lo hicieron en los últimos minutos
En un giro histórico, la Corte Suprema de Estados Unidos eliminó la garantía constitucional que había otorgado hace casi medio siglo a las mujeres para acceder a un aborto, una decisión de enorme impacto político que cambiará la vida en el país, al abrir la puerta para que los estados más conservadores restrinjan o directamente eliminen por completo la posibilidad de interrumpir un embarazo.
La Corte, dominada por una mayoría de seis jueces conservadores que se terminó de formar durante la presidencia de Donald Trump, revocó el fallo Roe vs. Wade, de 1973, al dictaminar a favor de una ley que restringió el aborto en Mississippi, una decisión que culminó con una pulida ofensiva política y legal desplegada durante décadas por la derecha del país para conseguir el histórico giro en la legislación.
“Es un día triste para la Corte y para el país”, dijo el presidente, Joe Biden, al brindar un discurso en la Casa Blanca tras la decisión, que fue celebrada por los republicanos y denostada por los demócratas. “La salud y la vida de las mujeres están ahora en peligro”, afirmó.
Con su nuevo fallo, la Corte Suprema imprimirá uno de los cambios más radicales de su historia en el día a día del país, y desatará un verdadero tsunami político y social al imponer la impronta conservadora del tribunal en una de las discusiones más sensibles, candentes y divisivas en el país. La decisión del tribunal –un triunfo para la derecha y el movimiento pro-vida, y una derrota para la izquierda y el feminismo– coloca a Estados Unidos a contramano del mundo occidental y, sobre todo, de las naciones desarrolladas, que en las últimas décadas se ha movido hacia la legalización del aborto y la ampliación de derechos.
Estados Unidos se preparaba desde hace tiempo para una posible eliminación de la protección constitucional que brindó Roe vs. Wade, un giro perseguido durante décadas por el Partido Republicano, los conservadores y los evangélicos, que la izquierda, el Partido Demócrata, el gobierno de Joe Biden, y activistas y organizaciones a favor de los derechos humanos y civiles intentaron por todos los medios –y sin éxito– impedir.
Con el cambio en la jurisprudencia que marcó la Corte, el derecho al aborto queda ahora en manos de los estados, una nueva realidad legal que, en los hechos, fractura a Estados Unidos en dos.
Fuente: La Nación
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