Don Martín Miguel de Guemes, quién era y porqué lo conmemoramos

Luis Parisi reconocido periodista de la ciudad de Zárate hizo un raconto sobre la vida del gran defensor de las fronteras del norte argentino, qué nos permite interpretar al gran héroe argentino.

El apellido ya decía cuál será su sino. Güemes en idioma vasco significa Frontera, Lindero, Límite. Desde casi un niño es enviado a estudiar a Buenos Aires, al Colegio San Carlos, hará su carrera militar en el Regimiento Fijo cómo cadete. En 1806 su participación en defensa de la ciudad contra el ataque de Beresford, le hace ganar el cargo de ayudante de Liniers. El sólo y de a caballo enlaza un barco inglés en el Río de la Plata.

En 1808 está de nuevo en su provincia natal; Salta donde había nacido en 1785. Esbelto, de melena y barba renegrida, ojos pardos y frente amplia. El Gral. Paz lo describe puntualizando su defecto en el habla, era gangoso. Dice Paz en sus memorias: ¨Carecía … del órgano material de la voz, pues era tan gangoso, por faltarle la campanilla, que quien no estaba acostumbrado a su trato, sufría uno situación penosa al verlo esforzarse para hacerse entender. Sin embargo… tenía para los gauchos tal unción en sus palabras y una elocuencia tan persuasiva, que hubieran ido en derechura a hacerse matar para probarle su convencimiento y adhesión.”

El General Paz también describe cómo vestía el salteño; Lucía guardamontes y su ropa más común era la misma que usaban sus gauchos, pero cuando usaba ropa militar esta era de muy buenas telas adornadas con profusión de bordados, cordones de oro y plata, pieles.¨ Sus uniformes eran de fantasía y tan variados, que de su reunión hubiera resultado una colección curiosisima.¨
El movimiento de mayo lo catapultó nuevamente a la acción, será en Suipacha donde contribuye a ganar la batalla al frente de un centenar de gauchos por el reclutados. Desde esa acción su nombre giraría siempre en torno a la defensa del norte argentino. De carácter díscolo y rebelde jamás aceptó una orden ni de Belgrano ni de Rondeau. A quienes en alguna oportunidad se le apropió de las armas para equipar sus huestes de gauchos.

Sólo San Martín contaba con su respeto, y su confianza y supo ponerse a su disposición cuando el Libertador le encargó que le cuidara las espaldas en el Norte argentino. Su tropa era numerosa –6.000 soldados y 17 coroneles –, pero su servicio era totalmente informal, mientras la soldadesca no se encontraba peleando en la guerra, hacían sus tareas rurales normalmente, pero a un llamado del caudillo se ponían inmediatamente a sus ordenes. Planifica una guerra de guerrillas, que merece alguna explicación más amplia. Zorrilla de San Martín la describe diciendo: ¨es el tipo de guerra americana, en que el caballo es el verdadero proyectil, más rápido que el plomo; guerra de audacias, de marchas y contramarchas inverosímiles, de sorpresas temerarias.¨ Por su parte José María Paz dice en sus Memorias: ¨No tenían los invasores más terreno que el que materialmente pisaban, y aunque la caballería del ejército real había hecho considerables adelantos, no por eso no por esos fue más feliz en esa guerra de detalle a que eran provocados sin cesar. En un combate regular era indisputable la superioridad de la caballería española, pero después de agotar sus fuerzas ensayando cargas sobre unas líneas débiles que se les escapaban como sombras fugitivas, concluía por haber sufrido pérdidas considerables, en esas interminables guerrillas sin haber obtenido ventaja alguna.


¨Al principio ensayaron las vías de la clemencia, pero vieron que poco adelantaban, se propusieron ejecutar actos de severidad, que los gauchos contestaron con terribles represalias, colgando en los árboles los prisioneros que tomaban; no sólo tuvieron que contenerse, sino que después de dos o tres meses tuvieron que abandonar su conquista, volviendo a sus antiguas posiciones, sin caballos y casi la cuarta parte menos del ejército.¨
En 1815 es elegido Gobernador de Salta, Después de separarse del mando de Rondeau y llevarse sus milicias infernales. Llega Salta y destituye al Gobernador enviado de Buenos Aires, Hilarión de la Quintana y entrega el mando al Cabildo y exige que se den elecciones para que el pueblo salteño elija su legítimo gobierno estas se relizaron el 6 de mayo de 1815 resultando Guemes gobernador electo indiscutiblemente.
Inmediatamente dicta una serie de medidas, al igual que San Martín en Mendoza, que exigían que aquellos que tenían mas dieran mas para mantener la defensa de la región. Esto le hizo ganar muchos enemigos dentro de las clases altas salteñas.

Enamoradizo Don Juan, tuvo más de una aventura amorosa dentro de la sociedad salteña. Pero fue su hermana Macacha –Magdalena–, la que mediante un ardid le presenta a Carmen Puch, una salteña de trenzas rubias, con la que se casa luego de un breve noviazgo de veinte días.

En 1821 la causa española casi estaba terminada, pero los recelos de los ricos seguían tejiendo intrigas, fue así que mientras estaba en una casa de la sociedad salteña, es avisado que una partida española había ingresado a la ciudad. La partida estaba al mando del coronel Barbarucho, que a su vez recibía órdenes del General Olañeta y había entrado a la ciudad protegido por los comerciantes que se habían confabulado contra Güemes. Cuando el caudillo sale para hacerles frente la partida lo ataca y es herido por la espalda durante una escaramuza en la plaza de Salta.

Rapidamente es sacado de la ciudad por sus oficiales y trasladado a un paraje denominado Las Higuerillas en el Chamical, luego de varíos días de agonía, en los cuales rechaza la asistencia médica que le ofrecen los propios españoles y no sin antes hacer jurar a la oficialidad que no descansarían hasta tanto no quedara un realista en territorío nacional, muere a los treinta y seís años. Moría el caudillo salteño que tuvo sobre ascuas a Generales españoles de la mas alta escuela militar de la talla de Pezuela, , Serna, Canterao, Valdez y Olañeta peleando con guardamontes y lanzas y un conocimiento cabal del terreno donde practicaba sus arriesgadas guerra de guerrillas que lograron detener nueve embestidas de los realistas sobre tierras salteñas y jujeñas.
Una cosa curiosa, Buenos Aires no habló bien de Güemes al conocerse la noticia. En la Gaceta –Número diecinueve–, se publicó las mala nueva de la muerte de Güemes y Ramírez en los siguientes términos: ¨Acabaron para siempre los dos grandes facinerosos: Güemes y Ramírez.¨. En esos momentos la prensa porteña estaba controlada por Bernardino Rivadavia, ministro de gobierno. Y los salteños que pergeñaron la muerte de Güemes fueron fogueados por directoriales porteños.

Fuente: Luis Parisi 2010

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