Desde esta mañana Argentina se sumó al prestigioso, y selecto, puñado de países del mundo que lograron desarrollar, probar y registrar una vacuna altamente efectiva contra el SARS-CoV-2.
Se trata del final del camino del proyecto ideado en plena pandemia, a mediados de 2020, por un grupo de investigadores del Conicet que trabajan en la Universidad de San Martín. Con el apoyo del laboratorio privado Cassará, el equipo logró poner a punto, y probar en rigurosos estudios de Fase III, la alta capacidad de la Arvac “Cecilia Grierson” la vacuna capaz de inmunizar contra el virus en forma efectiva Ahora el país puede producir localmente una vacuna eficiente, segura y económica que –además– puede ser exportada a otras naciones.
Al evento de presentación oficial acudió la plana mayor de la ciencia argentina. En un salón colmado de investigadores, y con la cabecera tomada por los ministros de ciencia y salud –Daniel Filmus y Carla Vizzotti– y sus colaboradores, sumaron todos los investigadores estatales y los aportados por el laboratorio argentino Cassará, que participó de la iniciativa desde el principio .
El proyecto fue realmente multitudinario ya que, en una u otra fase, el consorcio público-privado terminó recibiendo aportes de cerca de 600 científicos y profesionales, de 25 instituciones diversas.
“La inversión fue de tres años de trabajo, un aporte estatal de $1700 millones“, le contestó Filmus a este medio cuando se le preguntó por los montos. Y a esto fuentes del laboratorio le sumaron su propio aporte: unos US$ 7 millones. Todos esperan poder, en el mediano plazo, amortizar estos costos ya que esta vacuna puede ser comprada en pesos, para reforzar la inmunizar de la población local.
Según explicó en conferencia de prensa Juliana Cassataro, líder del proyecto Arvac e investigadora de la Unsam y el Conicet, “llegar a esta punto donde la Anmat analizó los datos de las pruebas y decidió “registrarla“, llevó muchísimo trabajo de laboratorio en equipo. Y luego tuvimos que completar las tres fases de los ensayos médicos.
En total, la probamos en 2094 personas, todas mayores de 18 años, en un estudio multicéntrico, en una decena de instituciones de salud de todo el país”. Y un detalle llamativo: cuando se convocaron voluntarios para estas pruebas, aunque el testeo requería probarla en unas 2000 personas, hubo más de 10 mil anotados que se postularon.
Otro punto fuerte es que demostró ser segura, ya que su aplicación prácticamente no tuvo efectos secundarios significativos. Y es robusta porque se la puede almacenar por al menos 18 meses a temperaturas de heladeras sanitarias, entre 2 y 8°C. Estas características podrían permitir que las dosis de la Arvac, a diferencia de las primeras vacunas contra el Covid-19, sean más económicas, fáciles de producir y de distribuir.
Según fuentes del laboratorio, “ya estamos en conversaciones explorando la posibilidad de asociarnos y exportarla a países como México, Cuba, Uruguay, Chile y Brasil, entre otros. Incluso queremos avanzar con la Organización Panamericana de la Salud para ver si podemos ofrecerla a su Fondo Rotatorio de compras de vacunas”.
Fuente: Perfil
Para más info: www.expofunes.com.ar