La “invasión” de flora no nativa (así la califican) se ve favorecida además por el cambio climático y los Andes patagónicos no son ajenos a esa tendencia.
Quienes recorren con alguna frecuencia los senderos de montaña más aislados y de mayor altura que rodean a Bariloche se habituaron a disfrutar de ambientes casi intocados, con presencia excluyente de flora nativa y una diversidad biológica que probablemente sea la misma desde hace siglos.
Ese privilegio está cada vez amenazado porque la irrupción de plantas exóticas resistentes, agresivas y con fuerte capacidad de adaptación avanza también sobre la alta montaña, en especial en los sitios más impactados por el uso recreativo y por la presencia de ganado.
Investigaciones recientes de alcance mundial dan cuenta de que en los últimos 10 años hubo un crecimiento promedio de del 16% de la presencia de especies vegetales exóticas en las regiones montañosas. La “invasión” de flora no nativa (así la califican) se ve favorecida además por el cambio climático y los Andes patagónicos no son ajenos a esa tendencia.
Los relevamientos documentaron el avance de distintas especies de pino, de arbustivas como la rosa mosqueta y también de hierbas de comportamiento muy adaptativo y expansivo como el diente de león, el vinagrillo y el trébol blanco.
La investigadora del Conicet Agustina Barros, integrante de un equipo con base operativa en Mendoza que trabaja en el tema, dijo que el avance de las exóticas se convirtió en “preocupante” en los últimos cinco años y cambió el calificativo a “muy preocupante” al referirse puntualmente al pino.
También existe un seguimiento atento del tema por parte del parque nacional Nahuel Huapi, cuyos especialistas tienen detectado lugares particularmente afectados como el valle del Chalhuaco, la zona de Arroyo del Medio y el cerro Carbón, ubicado al sur de Bariloche y lindante con plantaciones productivas de coníferas exóticas.
Para más info: www.expofunes.com.ar