En lo que va de 2024, más de 60 médicos matriculados en el Colegio de Médicos de la segunda circunscripción (Rosario) le dieron de baja a su registro habilitante para emigrar a otros destinos: España, Brasil, otras provincias argentinas e Italia, además de otros países que reciben a los profesionales de la salud rosarinos con los brazos abiertos. Ya en todo 2023 se habían ido 276 médicos, lo que reflejó el salto más abrupto desde 2019.
Crisis económica, inflación, caída del poder adquisitivo, bajos salarios, plazos extensos para el cobro de una prestación y largas esperas para titularizar cargos. Para muchos médicos el “tratamiento” para esta “enfermedad” laboral es emigrar fronteras afuera de la Argentina.
Al otro lado del océano Atlántico las propuestas resultan más que tentadoras: 3.500 euros al mes, recertificación inmediata del título de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y una creciente demanda de especialidades médicas muy solicitadas en la era del post Covid-19, como los pediatras.
Los médicos matriculados en Rosario que en 2019 armaron valijas y se fueron habían sido sólo 37, en 2020 ya fueron 56, en 2021 pasaron a 76, en 2022 saltó a 120 matrículas “caídas” y en 2023 fueron 271. De enero a septiembre ya se superan las 60 bajas.
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