Durante el programa Zona Franca por LT3 el doctor Sebastian Torres hizo incapie en la necesidad de resguardar a los bebes y niños, y no exponerlos al clima y la interacción con otros niños en caso de tener algún síntoma.
Los casos del virus sincicial respiratorio que provoca la enfermedad superan en un 56 por ciento al registro de 2019, el antecedente cercano de mayor circulación. Qué recomiendan los especialistas y cómo se pueden aprovechar las lecciones que dejó el coronavirus.
Llega esta época del año, las actividades tienden a realizarse a puertas cerradas y los virus respiratorios florecen. Las guardias están abarrotadas de personas que buscan calmar el elenco estable de síntomas: fiebre, malestar, congestión nasal, tos y desgano. En el presente, la enfermedad que despunta es la bronquiolitis.
De hecho, Nicolás Kreplak, titular de la cartera de Salud de la provincia Buenos Aires, describió el escenario actual con contundencia: “Estamos ante la peor epidemia de bronquiolitis de la que tengamos registro”. Uno de los rasgos más preocupantes es que suele afectar a los menores de un año; ya que si el cuadro se agrava, los pulmones se ven comprometidos y pueden terminar internados. De acuerdo a un estudio publicado en la revista The Lancet en 2019, la enfermedad es la responsable de 100 mil muertes anuales en menores de cinco años.
“Estamos viendo un aumento de casos lógico, pero con una estacionalidad que en los últimos años no se cumplió por la pandemia. Por el encierro de los chicos, el virus no circuló como lo hace habitualmente. Hay muchos internados y se genera la sensación de que falta estructura para poder atender a todos los chicos”, apunta el médico pediatra Gonzalo Pérez Marc. Después completa: “Los más vulnerables son los de menos recursos. Se trata, en general, de los pacientes más comprometidos, en la medida en que no pueden conectar con el sistema de salud lo suficientemente rápido”.
Aunque la enfermedad puede ser causada por diferentes virus, en este caso, el encargado de potenciar la epidemia es el virus sincicial respiratorio. Al ingresar al organismo y replicarse, afecta las vías aéreas, dificulta la respiración y provoca agitación, tos y decaimiento. Si bien no existen jarabes ni antibióticos, los pacientes suelen recuperarse en el término de dos semanas, aunque quedan susceptibles para cuadros respiratorios recurrentes en el futuro.
“Estos virus también producen problemas en niños más grandes, sobre todo, en aquellos que tienen predisposición a realizar cuadros alérgico-bronquiales. Me refiero a los que cursan el jardín de infantes o los que atraviesan los primeros años de escolaridad y enfrentan infecciones graves que requieren de internación”, destaca la pediatra. Y continúa: “Si bien no hay vacunas disponibles para los virus que provocan estas infecciones respiratorias, sí hay para la gripe. La campaña antigripal comenzó en marzo, pero las personas pueden empezar a recibirla a partir de los seis meses”.
La higiene, el lavado de manos y la ventilación de los espacios, desde aquí, continúan siendo algunas de las lecciones que dejó la pandemia y funcionan como claves de aprendizaje para este caso.
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